Argumentos a favor de la financiación de la defensa del clima

La filantropía debe dar un paso adelante

Los esfuerzos filantrópicos han desempeñado un papel enorme en la configuración de las sociedades a nivel mundial, ya sea mediante la defensa de iniciativas de salud o educación, el alivio de la pobreza o la mejora de la cultura con artes escénicas.
Pero frente a la emergencia climática, necesitamos un cambio transformador ultrarrápido, y hay un déficit impactante en la financiación del movimiento climático de base, en particular de los grupos que participan en protestas disruptivas, que prácticamente no han recibido fondos.
Estos grupos son impulsados por activistas voluntarios, pero necesitan personal remunerado a tiempo completo, así como recursos para viajes, alquiler de habitaciones, alimentos para los activistas y suministros de acción.

A partir de los precedentes históricos y de las ciencias sociales, está claro que el activismo disruptivo —como las sentadas, los bloqueos de carreteras, las huelgas de hambre y otras acciones de alta visibilidad— tiene el poder de remodelar la opinión pública e iniciar un cambio de políticas.
Desde el movimiento por el sufragio femenino hasta la era de los derechos civiles, el mundo ha sido constantemente remodelado por almas valientes que se atreven a desafiar el statu quo.

En los últimos años, hemos visto a activistas climáticos disruptivos impulsar políticas, ya sea Extinction Rebellion que obliga al gobierno del Reino Unido a convertirse en la primera economía mundial en comprometerse con un objetivo de cero emisiones netas legalmente vinculante, el Movimiento Sunrise y otros manifestantes que hacen posible la Ley de Reducción de la Inflación, o Futuro Vegetal que presiona al gobierno español para que prohíba nuevas granjas ganaderas a gran escala.
Estamos viendo una y otra vez que la protesta disruptiva funciona.

Y, sin embargo, esta forma de protesta está muy mal financiada.
Extinction Rebellion, por ejemplo, tiene un presupuesto 450 veces menor que el Fondo Mundial para la Naturaleza. ² Los nuevos grupos de activistas, que están surgiendo todo el tiempo, tienen dificultades increíbles para encontrar financiación.
La filantropía climática debería canalizar recursos hacia estos movimientos activistas lo más rápido posible.

Los activistas climáticos, a diferencia de las organizaciones benéficas establecidas, podrían no poseer conocimientos sofisticados para recaudar fondos.
A menudo no están instruidos en los enlaces con los donantes o en la planificación financiera, lo que, en lugar de ser un elemento disuasorio, subraya la pureza de su causa.
Se trata de personas de diversos orígenes, impulsadas por el compromiso, que arriesgan sus libertades personales por el bien colectivo.
Intermediarios como el Fondo de Emergencia Climática, Equation Campaign y Global Green Grants pueden ser clave para facilitar las relaciones entre la filantropía y los activistas, así como para proteger a los donantes de posibles riesgos legales o de reputación.

A pesar de que el activismo climático disruptivo ha atraído la atención pública, ha recibido miles de millones de visitas en los medios de comunicación y ha ganado legislación, la filantropía lo pasa por alto en favor de enfoques menos «riesgosos» o «controvertidos» que funcionan dentro del sistema.
El activismo disruptivo puede ser un inconveniente, pero también es esencial.
Los activistas están peleando la buena batalla.
Ya es hora de que la filantropía dé un paso al frente, no por mera obligación, sino por un deber inherente a las generaciones futuras.
Si, como afirma Bill McKibben, «ganar lentamente es lo mismo que perder», entonces el momento de un apoyo rápido y decisivo es ahora.