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Prefacio
"Gran parte de la comunicación sobre el cambio climático acierta en cuanto al riesgo y los posibles escenarios negativos, pero se equivoca en cuanto a cómo movemos a la gente a la acción. Apela a la razón, pero todo lo que sabemos sobre la comunicación nos dice que la razón no es lo que impulsa el comportamiento humano. Es vital que superemos este desafío y encontremos formas no solo de comunicar la ciencia, sino también de movilizar el apoyo público para la acción y las soluciones".
NATALIA VEGA
Nos definimos como seres humanos por la forma en que nos comunicamos. Otras criaturas aprenden en gran medida de las cosas que ellas mismas experimentan, pero nuestra capacidad de compartir experiencias nos permite aprender unos de otros. A medida que hemos evolucionado, también lo ha hecho nuestra capacidad para intercambiar conocimientos, ideas e historias a una velocidad y escala cada vez mayores. Desde la creación del papel hasta la imprenta, desde la radio hasta Internet, ahora tenemos las herramientas para enviar y recibir miles de millones de mensajes cada segundo de cada día y conectar a las personas con vastas comunidades y audiencias.
El científico Peter Russel describió este fenómeno como el «cerebro global», y creemos que es de esta red colectiva de la que depende nuestro futuro.
La comunicación nos da el poder de educar e informar a las personas, y movilizar soluciones a la crisis climática. Sin embargo, a un nivel más profundo, la comunicación climática está moldeada por nuestras experiencias individuales: los lugares donde vivimos y trabajamos, las vidas de nuestros seres queridos, las comunidades a las que pertenecemos y los valores y visiones del mundo que mantenemos verdaderos.
Gran parte de la comunicación sobre el cambio climático acierta en cuanto al riesgo y los posibles escenarios negativos, pero se equivoca en cuanto a la forma en que movemos a la gente a la acción. Apela a la razón, pero todo lo que sabemos sobre la comunicación nos dice que la razón no es lo que impulsa el comportamiento humano. Es vital que superemos este desafío y encontremos formas no solo de comunicar la ciencia, sino también de movilizar el apoyo público para la acción y las soluciones.
Cada uno de nosotros debe convertirse en multiplicador de mensajes y pensar críticamente sobre el tipo de historias que contamos. ¿Estamos contando historias de sacrificio y desesperación, o de esperanza y oportunidad? ¿Estamos contando la historia de cómo cada una de nuestras decisiones podría determinar el futuro de nuestro planeta y su gente?
Cuando comencé este viaje, subestimé lo lejos que teníamos que llegar, pero también lo lejos que habíamos llegado en nuestro conocimiento de la comunicación climática efectiva. Este libro blanco es la prueba de ello. Está lleno de experiencias vividas, estudios, opiniones, ciencia, todo creado por una comunidad global que se preocupa profundamente. Sin embargo, gran parte de este conocimiento se ha fragmentado y no ha recibido la atención o la inversión que merece.
Nuestra intención para Una nueva era en las comunicaciones climáticas es facilitar un centro de conocimiento digital, un lugar para aprender, inspirar y apoyar, un lugar para explorar y romper las barreras de comunicación que se interponen en el camino para resolver la crisis climática. Trabajar juntos no es una opción, es un imperativo. Unidos, podemos reunir el conocimiento que cierra las brechas entre los datos y la emoción, la información y la acción, y trabajar juntos de nuevas maneras para dar forma a las campañas, los mensajes y las historias que ayudarán a determinar nuestro futuro.
Este es el punto de partida, no la línea de meta de un viaje compartido. Nuestra ambición es que a aquellos que han contribuido con su experiencia hasta ahora se les unan muchos otros. Los invito a unirse a nosotros en este esfuerzo, y compartiremos detalles de cómo hacerlo al final de este informe.
No son pequeñas las contribuciones, cada uno de ustedes tiene el poder de ayudar a encender la antorcha que nos lleva por un nuevo camino.
Colaboradores en esta sección
Natalia Vega
NUEVO MUNDO CERO
Ceremonia de apertura de la Cumbre del Clima de las Naciones Unidas – Kathy Jetnil-Kijiner (Fuente: Global Brain)